CUIDEMOS NUESTRA FLORA Y FAUNA UNIVERSAL

CUIDEMOS NUESTRA FLORA Y FAUNA UNIVERSAL

6 mar 2014

BOAS AMÉRICANAS

Epicrates cenchria


BIOLOGIA

De forma general, se conocen la mayoría de los aspectos relacionados a esta especie, aunque aún hoy se descubren nuevas características de esta; los últimos avances tecnológicos permiten diferenciar las subespecies en función del análisis de la secuencia de ADN, lo que por ejemplo ha repercutido en su clasificación. También se ha profundizado en los conocimientos acerca de su biología y etiología.


Como buen representante de la familia Boidae, gusta de vivir en clima tropical ó subtropical, distribuyéndose por zonas boscosas y selváticas de
países del continente sudamericano. La distribución actual incluye Costa Rica, Panamá, Trinidad, Tobago, Colombia, Venezuela (Mérida [HR 27: 212]), Perú, Brasil, Bolivia [HR 29], Paraguay, Argentina (Córdoba, San Luis, La Rioja, Corrientes, Formosa, Chaco, Salta). La subespecie maurus se distribuye en Guyana, Brasil (Pará: HR 22:67), Surinam, y Venezuela.

Es frecuente ver a la boa arcoiris en zonas con abundante vegetación, próximas a ríos o arroyos, pantanos y charcas, así como en los bosques
esclerófilos, donde pueden encontrar agua y presas en abundancia. La pluviselva amazónica constituye asimismo uno de sus más importantes hábitats, donde encuentran el alimento necesario y se reproducen en la época húmeda.
Esta boa mide alrededor de 20-40 cm al nacer, y alcanza una talla adulta en torno a 160-200 cm. Aunque existe variación de color según la subespecie, la pigmentación de fondo suele ser naranja o marrón, existiendo una variación cromática intermedia entre estos dos colores. Además, presenta una serie de anillos de color oscuro (negro) a lo largo de la zona dorsal, así como ocelos en ambos costados de la serpiente.

Una de las coloraciones más bellas es la de la subespecie brasileña (ssp. cenchria), la cual tiene colores vivos y brillantes, existiendo ejemplares con escamas de tonos naranjas, rojizos o marrones. La cabeza es alargada y bien formada, distinguiéndose claramente las fosas térmicas
entre las escamas supra e infralabiales, con función termosensitiva.
A partir de la escama rostral parten varias líneas de color negro: una línea sigue el eje sagital de la cabeza, y termina al comenzar el cuello. Otras
dos líneas laterales van paralelas a las escamas supralabiales, y también se prolongan hasta el final de la cabeza. A partir de las escamas supraoculares surge otra línea de color negro, la cual también acaba al final de la región cefálica.


Los ojos están bien desarrollados, y son de color oscuro (negros ó marrones), con el típico iris en disposición vertical, signo típico del carácter predador de esta especie. El cuello esta bien diferenciado mediante un estrechamiento y es fácilmente diferenciable, extendiéndose detrás el resto del cuerpo de la boa. Comenzando por la región ventral, ésta presenta un
color blanquecino o lechoso, a veces color crema,aunque en periodos de muda puede adquirir colores rojizos.

La zona dorsal esta surcada por anillos negros u oscuros que se prolongan hasta el extremo final de la región caudal. Pueden estar separados ó solaparse; el interior de estos anillos puede ser del mismo color de fondo (naranja, marrón o rojizo) ó presentar variación de color, siendo frecuente encontrar ejemplares con color más claro, de tono salmón o naranja vivo.
Algo parecido pasa con los ocelos laterales, aunque en este caso pueden presentar tonos más claros (crema, salmón) en su interior, rodeando un “ojo” central de color negro u oscuro, lo que contribuye a darle gran belleza a esta boa.


Como curiosidad, es remarcable el carácter iridiscente de las escamas de su cuerpo, lo que ha servido para denominarlas “boa arcoiris”. Este fenómeno es debido a la especial morfología de las escamas; al observar en microscopio óptico el corte transversal de una escama, se puede verificar una ondulación a lo largo de su perfil, lo que produce una descomposición de los rayos de luz, llegando hasta nosotros el reflejo de una serie de múltiples colores: verde, azul, rojizos, etc.



ETOLOGÍA

Recordemos que los reptiles son vertebrados ectotérmicos, es decir, no producen el calor necesario para realizar su actividad metabólica óptima, por lo que deben tomar esa energía del medio exterior, y es por lo que durante el día suelen asolarse en una buena rama, o en una piedra que se haya calentado por efecto del Sol.

Es frecuente encontrar estas serpientes tomando un baño, o cerca del agua; para ellas, es una de sus actividades favoritas, y pueden pasar horas e incluso días con el cuerpo sumergido, asomando tranquilamente la cabeza para poder respirar. Este comportamiento es muy frecuente en el periodo previo a la muda o ecdisis, ó cuando simplemente quieren refrescarse en los meses más calurosos del año (junio-septiembre).


Aunque la verdadera actividad la llevan a cabo a la caída del sol: es entonces cuando salen de su relativa tranquilidad para buscar una presa, desplazándose a través de la rivera de los ríos, o entre la hojarasca de la selva amazónica, o entre las ramas de los árboles; recordemos que son
reptiles semiarborícolas, por lo que gustan de subirse a las ramas de vez en cuando.

En cautividad, la boa arcoiris suele tener buen carácter, aunque existen excepciones y puede resultar algo nerviosa, sobre todo de pequeñas. Este pequeño problema se soluciona con el adecuado manejo y con una buena dosis de paciencia, llegando a ser bastante dóciles, y dejándose coger sin
problemas la mayoría de las veces.


TAXONOMÍA

La taxonomía de la boa arcoiris ha sido objeto de alguna controversia por parte de los naturalistas, por lo que es posible que en el futuro sufra más cambios, aunque actualmente se divide en 9 subespecies:

-Boa arcoiris brasileña (Epicrates cenchria cenchria) (LINNEO 1758)
- Boa arcoiris peruana (Epicrates cenchria gaigei) (STULL 1938)
- Boa arcoiris colombiana (Epicrates cenchria maurus) (GRAY 1849)
- Boa arcoiris argentina (Epicrates cenchria alvarezi) (ALBALOS, BAEZ & NADER 1964).
- Boa arcoiris de Isla Marajo (Epicrates cenchria barbouri) (STULL 1938)
- Boa arcoiris de Guyana (Epicrates cenchria crassus) (COPE 1862)
- Boa arcoiris de Campiña grande (Epicrates cenchria assisi) (MACHADO 1944)
- Boa arcoiris de Santo Domingo (Epicrates cenchria hygrophilus) (AMARAL, 1954).
- Boa arcoiris de Venezuela (Epicrates cenchria polylepis) (AMARAL 1935)



Boa arcoiris brasileña (Epicrates cenchria cenchria):


Quizás sea la subespecie más frecuente en cautividad, y desde luego posee una belleza fuera de lo común. La subespecie cenchria es de las que adquieren mayor tamaño, llegando a alcanzar los 200 cm de longitud, aunque no siempre alcanzan este tamaño, siendo frecuente encontrar ejemplares adultos en torno a 170-180 cm. De cuerpo estilizado pero fuerte, le permite moverse y escalar bien por suelo, agua y ramas de árboles.
El recuento de escamas de la parte media del cuerpo consta de 45-51 escamas, y el recuento de escamas ventrales: 260-275.

El color de esta boa es el más vivo que el resto de las subespecies, lo que quizás haya determinado la mayor tasa de cría en cautividad que el resto de subespecies.

Geográficamente se localiza en las zonas boscosas de Brasil, aunque también se observan en zonas limítrofes. Se han registrado casos de avistamientos de esta subespecie en vertederos de poblaciones o cerca de ellos, debido a la abundancia de micromamíferos como roedores, una de sus
presas favoritas.

En cautividad se adaptan bien a su entorno y a su criador. Requieren una humedad relativa alta, en torno al 55-80%, sobre todo en época de ecdisis. Aceptan bien roedores de tamaño adecuado, y no suelen presentar problemas a la hora de ser cogidas.




Boa arcoiris peruana (Epicrates cenchria gaigei):

Distribuida por la zonas de baja latitud de Bolivia y Perú, ésta subespecie es algo rara de encontrar en el mercado europeo, aunque es muy parecida a la
subespecie cenchria por su colorido y dibujo. Sus principales diferencias radican en que suele ser algo más grande que la subespecie cenchria, las
escamas son mayores y el número de estas en la zona ventral es menor, en torno a 237 o 260. El recuento de escamas a la altura media del cuerpo es
de 41-45.

La boa arcoiris peruana posee ocelos en la línea dorsal y en ambos costados del cuerpo, y con frecuencia presenta colores más claros en el interior de éstos ocelos.

El color de fondo suele ser oscuro (naranja oscuro o marrón), y puede confundirse a primera vista con la subespecie cenchria. Requieren cuidados generales similares a los especificados para la especie, resultando ser una de
las más recomendadas por su buen carácter.



Boa arcoiris colombiana(Epicrates cenchria maurus):

Esta subespecie, junto a la subespecie cenchria, son las más comunes en colecciones privadas, y por tanto las que con más facilidad se pueden encontrar disponibles en los mercados, ferias y establecimientos especializados.
Poseen una amplia distribución a lo largo de Costa Rica hasta el norte de Colombia y Venezuela, y probablemente en Guyanas.
También se encuentra en Trinidad, Tobago y las Islas Margaritas.
De cría, se asemeja bastante a la subespecie cenchria, aunque la subespecie maurus suele ser de colores más oscuros, y no tiene los anillos tan bien contrastados como la cenchria. Conforme va alcanzando la madurez va adquiriendo un color uniforme que puede variar entre el marrón claro o crema, homogenizándose este color por todo el cuerpo. Los anillos oscuros van difuminándose hasta prácticamente desaparecer, sobre todo en la región dorsal del reptil.

La subespecie maurus suele ser más pequeña que la subespecie cenchria, llegando a medir de talla adulta en torno a 135-150 cms de longitud. El recuento de escamas ventrales es de 227-237. En cautividad, tampoco suelen presentar requerimientos diferentes a la subespecie cenchria, si
acaso son aún más tolerantes en variaciones térmicas y de humedad.





Boa arcoiris argentina (Epicrates cenchria alvarezi):

La subespecie alvarezi tampoco es de las más frecuentes en colecciones de herpetología privadas, aunque desde luego, poco a poco se van incorporando. Su distribución original es a lo largo de la provincia de Santiago del Estero (Argentina).

La boa arcoiris argentina muestra colores oscuros de fondo (marrón o naranja oscuro), y en los costados a veces se observan colores más claros
(crema, marrón claro). En la zona dorsal, el color de fondo puede verse limitado alrededor de los ocelos, los cuales se alternan y unen a veces;
también es remarcable la marcada diferencia de color del interior de los ocelos dorsales, con un color naranja tostado muy vistoso. Los ocelos
laterales suelen quedar reducidos a grandes lunares negros, con una zona más clara en la parte superior al ocelo.

La cabeza es algo más pequeña que la de otras subespecies, y muestra las típicas líneas desde la región anterior a la posterior, aunque en la subespecie argentina son de color marrón, pudiendo presentar discontinuidades, quedando con aspecto algunos puntos aislados.

Epicrates cenchria alvarezi es una de las subespecies más pequeñas, alcanzando de talla adulta una longitud comprendida entre 120-140 cm; de cuerpo delgado, el recuento de escamas a la altura media del cuerpo es de 45 a 47 escamas.

Las crías son a su vez de pequeño tamaño, en torno a 18-35 cm, y pueden resultar delicadas en sus primeros días.

En cautividad, esta serpiente requiere menos humedad que otras subespecies como cenchria o maurus, aunque sin olvidar que su clima es tropical o subtropical, y por tanto no es aconsejable que baje del 40%.
El resto de requerimientos se ajustan a los determinados para la especie nominal




Boa arcoiris de Isla Marajo (Epicrates cenchria barbouri):


Es otra subespecie rara de ver en las colecciones privadas, aunque en los últimos años el número de ejemplares mantenidos en cautividad va creciendo
paulatinamente.

Se trata de una serpiente de cuerpo grande y fuerte, de escamas más grandes y en menor número que las subespecies cenchria y maurus. Suelen presentar colores que van desde el naranja teja hasta el marrón oscuro, pasando por tonos rojizos. Sus anillos y ocelos son de un color marcadamente anaranjado, aunque puede oscurecerse con la edad.

Su distribución natural es el área próxima a la desembocadura del río Amazonas hacia el océano Atlántico, y se alimenta de micromamíferos y aves, muy abundantes en esa región.

En cautividad requieren parámetros similares a los indicados para la especie, aunque se han visto los efectos positivos de ofrecerle una humedad relativa alta, en torno al 60-70%.



Boa arcoiris de Guyana (Epicrates cenchria crassus):

Esta subespecie proviene de la región de Guyana (Paraguay), por lo que también recibe el nombre de boa arcoiris de Paraguay. Se trata de una subespecie que hasta hace pocos años era rara de ver mantenida en cautividad, aunque en la década de los 80 empezaron a importarse a criadores norteamericanos, y actualmente están incluidas en los programas de cría de algunos criadores americanos y en menor número en los europeos. Se distribuye por el sureste de Brasil, por zonas boscosas de Paraguay, y el noreste de Argentina. La subespecie crassus es algo más pequeña que otras subespecies como la ssp. Maurus o la ssp. Cenchria. El recuento de escamas a la altura media del cuerpo es menor de 47.

En cautividad son fáciles de mantener para el aficionado con experiencia, aunque las crías pueden tardar algunos días en aceptar alimento.



Boa arcoiris de Campiña Grande (Epicrates cenchria assisi):

Esta posiblemente sea una de las subespecies más raras de ver en colecciones privadas. Desafortunadamente, no se ven ejemplares en colecciones privadas con frecuencia, y no parece que haya planes a corto plazo de que el número de estos disponibles vaya a aumentar de forma
notable. Existen muy pocos criadores que tengan ejemplares de esta subespecie, y fundamentalmente se localizan en el continente americano, aunque de forma puntual también se ven ejemplares en venta en el viejo continente.

La boa arcoiris de Campiña Grande se distribuye por el norte de la Bahía de Caatina, una región de Brasil. De pequeño tamaño, no suele superar los 110 cm de longitud; la subespecie assisi posee coloración de tonos oscuros, donde predomina el color marrón en sus distintas tonalidades, y con unos ocelos o lunares dorsales bien delimitados por líneas gruesas de color negro. Aunque ambos flancos de esta serpiente son de colores algo más claros que los del dorso, también se presentan de color más oscuro que el de otras subespecies. Los ocelos laterales son grandes y presentan el interior de los mismos.rellenos de un gran ojo de color negro, quedando delimitado el resto del ocelo a una media luna de color crema o salmón; es frecuente que estos ocelos se unan y formen una línea horizontal que recorre el cuerpo de la boa.

La información disponible sobre su cría en cautividad es limitada, aunque hembras primerizas suelen dar camadas pequeñas, en torno a 3-5 crías.



Boa arcoiris de Espíritu Santo (Epicrates cenchria hygrophilus):

La subespecie hygrophilus es también de las más escasas en colecciones de herpetología, por lo que la información disponible es limitada. Sin embargo, su distribución abarca la región amazónica y el rio Doce, perteneciente a la provincia de Espíritu Santo, en Brasil; también existen algunos núcleos poblaciones restringidos a determinadas áreas de Sierra de Espiñaco (Brasil).



Boa arcoiris de Montaña Alta (Epicrates cenchria polylepis):

Esta subespecie también es poco frecuente en colecciones dedicadas a los ofidios, aunque también poseen indudable belleza. Su rango de distribución abarca los ríos Cañabrava y Pandeiro, al oeste de Bahía, y al este de Goias. También existen algunas poblaciones en Distrito Federal (Brasil). La subespecie polylepis es algo más pequeña que las cenchria o maurus, y su longitud en edad adulta ronda los 150 cm. En mantenimiento necesitan una alta humedad ambiental; aparte de esta característica, su cuidado es similar a la del resto.



En cautividad:

La boa arcoiris es una especie que se adapta bien a su entorno, siempre y cuando se cumplan algunos requisitos. Para empezar, esta serpiente puede alcanzar alrededor de los 160-200 cm de longitud en su edad adulta, por lo que el terrario debe ser del tamaño adecuado a su tamaño.

Orientativamente, existen varias aproximaciones a las medidas estándar que deben tener los terrarios; de forma volumétrica, se calculan 20 litros por cada 30 cm de longitud de la serpiente; también es válida la estimación aportada por criadores norteamericanos, por la cual el perímetro mínimo del terrario para albergar la serpiente debe ser igual ó mayor a la longitud total del ofidio.

En cualquier caso, el aficionado herpetólogo es el que decide el tamaño y forma del terrario. Lo que no debe fallar nunca es la preparación a prueba de
fugas del terrario donde se ubique al reptil. Las boas arcoiris son serpientes ágiles y curiosas, y si el terrario tiene un punto débil, que no dude el lector de que tarde o temprano lo encontrarán.

Térmicamente, necesitan unas temperaturas medioaltas, con una temperatura diurna media en torno a 31 ºC en la parte más caliente (hot point) y 27 ºC en la zona más fría, de manera que la serpiente disfrute de un gradiente térmico y pueda elegir a qué temperatura encontrarse. Durante la noche, un descenso de varios grados, nunca por debajo de 20 ºC, les viene bien; una temperatura en torno a 24 - 26 ºC resulta adecuada.

Estas variaciones se pueden conseguir utilizando un cronotermostato, una herramienta que se ha convertido en una poderosa ayuda para el herpetólogo. Actualmente existen varios modelos en el mercado, y a precios accesibles.

En cuanto a la humedad, la boa arcoiris es un boido con unos requerimientos altos, en torno a 45-85%. Para conseguir esta humedad ambiental alta, muchos aficionados optan por poner una bandeja grande con agua, pues aparte de crear un aumento de esta, sirve para que la boa disfrute sumergiéndose en el agua; suele aguantar horas e incluso días en remojo, sobre todo antes de la época de muda ó ecdisis, y en meses estivales.

Respecto al sustrato utilizado, existen multitud de opciones: viruta para animales, fibra de coco, papel de cocina ó papel de periódico, etc. La mayoría de estas opciones son válidas, aunque hemos de excluir algunos materiales
como el serrín, el cual provocaría problemas respiratorios; la arena y tierra tampoco son recomendables, pues puede ser ingerida durante la ingesta de alimento y causar problemas digestivos. En época de apareamiento, si se pretende la reproducción, tampoco es aconsejable el uso como sustrato del césped artificial, pues puede resultar abrasivo para los hemipenes u órganos copuladores del macho.

El fotoperiodo debe ser normalmente de 12 horas de luz y 12 de sombra, pudiendo variar en función de la estación del año. Si las serpientes disfrutan de luz natural, el mismo ciclo circadiano de luminosidad y oscuridad es suficiente; sino es así, será el propio herpetólogo el que vaya variando el fotoperiodo al que las boas son sometidas. En este caso, es recomendable el uso de un programador diario, el cual se puede conseguir por poco dinero en tiendas de bricolaje y ferreterías.

Para el aficionado que mantenga esta especie, es una ventaja el poner en el un refugio o escondite en el terrario, pues aporta seguridad y confortabilidad a la serpiente, impidiendo los problemas derivados del estrés. Como respuesta a sus hábitos semiarborícolas, es recomendable disponer dentro del terrario una buena rama fija, a la que la boa pueda trepar.

Para la decoración, aparte de los fondos de terrario que hay en las tiendas especializadas, se pueden utilizar plantas artificiales, para darle mayor colorido y ambientación. Desaconsejo el uso de plantas naturales, porque quedarían aplastadas por el peso del animal.

Alimentación:

La boa arcoiris no suele presentar problemas a la hora de alimentarse. En cautividad acepta bien ratones, ratas, hamsters, jerbos y pequeñas aves de corral como pollitos; por supuesto, el tamaño de la presa ha de estar en consonancia con el tamaño del ofidio. Para conocer este dato, nos sirve fijarnos en el grosor de la presa, el cual no debe superar al de la parte media de la serpiente, aunque si se le da presas algo mayores o se ofrecen varias pequeñas, no suelen existir problemas.

Respecto al dilema de darle alimento vivo ó muerto, es siempre ventajoso que la boa acepte presa muerta, debido al nulo riesgo que ello representa. Sin embargo, no siempre la boa decide alimentarse de una presa muerta. Para estimularla, se puede optar por calentar la presa y moverla ayudados por unas pinzas delante de la serpiente, consiguiendo la mayor parte de las veces que la boa acepte el alimento; a veces hay que tener paciencia y estar el tiempo necesario para tener éxito, por lo que hay que ser persistente.
Si se opta por darle una presa viva, hay que ser cauto y nunca abandonar esta en el terrario, pues se han registrado casos en los que la presa se ha convertido en cazador, con un resultado desastroso para la serpiente. Recomiendo asegurarse de que la presa esta bien alimentada, y esperar a que la serpiente termine de alimentarse antes de desentenderse.

Respecto a la frecuencia de alimentación, es recomendable esperar que la boa defeque antes de volverle a ofrecer alimento; así se pueden evitar varios problemas derivados de una mala digestión. Normalmente, suelen tardar de 4 a 10 días en digerir completamente el alimento.
Si la boa rehusa alimentarse de presa viva o muerta, hay que esperar un par de días antes de volverle a ofrecer comida, para que no se estrese.

Un truco usado por los criadores de esta especie es darle un baño de agua tibia a la serpiente; normalmente da resultado y le abre el apetito. Si aun así la boa rehusa alimentarse, puede ser debido a que está en periodo de muda;
durante estos días la boa no verá bien y no suele aceptar alimento.

También hay que comprobar el gradiente de temperaturas; si la boa no se asolea lo suficiente, rechazará alimentarse. Si con todo esto sigue sin comer, hay que pensar en llevarla a un veterinario especializado en reptiles, el cual debe estar capacitado par realizarle las pruebas y análisis pertinentes; normalmente, se toman muestras de heces en busca de parásitos, así como de la saliva de la boca.


Reproducción:

Cada año aumenta el conocimiento que tenemos sobre esta especie; sabemos que se induce mejor la reproducción si se someten a un ciclo reproductivo, aunque se han registrado casos en el que se han reproducido en épocas inusuales y sin una inducción premeditada por parte del criador.

Para decidirse a reproducir la boa arcoiris, los ejemplares (sobre todo la hembra), deben contar con una buena reserva de grasa y tener el tamaño adecuado; si se cumplen estas condiciones, puede intentarse su reproducción. El ciclo comienza con la entrada en los meses fríos del año, en los cuales hay un descenso progresivo de la temperatura y las serpientes entran en estado de letargo, aunque de vez en cuando se pueden observar abandonando su escondite para beber ó simplemente estirarse un poco.

Durante el mes de diciembre dejarán de alimentarse poco a poco, al mismo tiempo que va descendiendo el ciclo de horas de luz. A finales de diciembre y hasta febrero, su actividad será casi nula; durante esta época pueden darse ya cópulas entre machos y hembras, aunque no siempre es así. Usualmente,
las cópulas comienzan a producirse a partir de febrero y marzo, coincidiendo con el progresivo aumento de temperatura, hasta alcanzar las habituales.

También se ha visto que un aumento de humedad durante los meses previos al enfriamiento, así como los posteriores, pueden ayudar a inducir las cópulas. A esto, hay que añadir que se han observado apareamientos en los días en los que hay un descenso de presión atmosférica, por lo que no se descarta que en la Naturaleza, las boas arcoiris, así como otros tantos reptiles, copulen los días lluviosos, que coincide con un descenso de la presión barométrica.

Pocos días después del periodo de cópulas, la hembra ovulará y se producirá la fecundación de los óvulos, quedando la hembra preñada. Este fenómeno se puede notar mediante la observación de un marcado abultamiento en la región posterior del animal, aunque no siempre se observa, pues este fenómeno dura unas pocas horas.

La gestación dura entre 180-210 días y la camada varía desde 1 a 35 crías. La media de las camadas se sitúa entre 9 y 20 crías, y el tamaño de la hembra desempeña un papel fundamental para determinar el número de estas; recordemos que para intentar la reproducción, es importante que la hembra mida al menos 150 cm, aplicado esta medida a las subespecies cenchria y maurus, que son las más comunes en terrariofilia.

Transcurrido ese tiempo, la hembra empezará a desplazarse a lo largo del terrario, mostrándose inquieta e incluso irascible; es la señal de que el momento ha llegado, y se esta preparando para liberar sus crías.

La boa arcoiris es ovovivípara, es decir, pare crías vivas envueltas en una matriz vitelina; las crías deben nacer bien formadas, y se muestran enérgicas y curiosas desde el primer día de vida. Una vez que han salido todas, deben
separarse de la madre, para impedir que puedan ser aplastadas sin querer.
Las crías de boa arcoiris pueden resultar nerviosas e incluso llegar a morder ante algo que las asuste, como la mano del criador, por lo que hay que tratarlas con tranquilidad y paciencia.

Se recomienda ubicar las crías en un tupper aparte, con una decoración mínima, a base de un sustrato inocuo, como viruta, papel de cocina o periódico; un pequeño recipiente con agua y una temperatura en torno a 28-30 ºC en la parte más caliente, junto a una humedad ambiental en torno a 50-60%, les va bastante bien. En principio, pueden ubicarse juntas, pues
no suelen ser agresivas con sus congéneres.

Al cabo de unos días, realizarán su primera muda, tras la cual comenzarán a alimentarse de pequeñas crías de ratón de laboratorio.
La boa arcoiris (Epicrates cenchria) alcanza la edad adulta a partir de los 3 años, tiempo en el que deben alcanzar talla adulta, (mínimo 150 cm) y se puede intentar su reproducción. Es importante que tengan una buena reserva de grasa y proteínas si se quiere intentar su reproducción, pues supone un gasto de energía elevado, sobre todo para la hembra. Hay que indicar también que esta especie suele tardar más de 3 años en reproducirse, normalmente la cría tiene éxito con ejemplares en torno a 5 años de edad.

Para el sexado de esta especie, morfológicamente no existen grandes diferencias; los machos suelen tener la cola más larga, y la base de esta suele ser más gruesa que la de las hembras, pues es donde guardan los
hemipenes u órganos copuladores, aunque captar estas pequeñas diferencias puede resultar complicado para la mayoría de aficionados no especializados en esta especie. Por ello, lo mejor y más seguro es realizar la técnica de sexado por sondeo, ayudados con cánulas sexadoras: si la sonda entra 3-4 escamas, se trata de un ejemplar hembra, mientras que si la varilla se introduce 6-10 escamas, se trata de un ejemplar macho.

Enfermedades / Parásitos:

La boa arcoiris, es una especie fuerte y resistente, pero necesita un determinado rango de temperaturas y humedad para tener las defensas naturales altas. Para el herpetólogo, la regla de oro es observar y conocer los reptiles que mantiene. Ante anomalías graves, lo mejor es acudir a un veterinario especializado, el cual sabrá que pruebas realizar, así como la
determinación de la diagnosis.

La lista de dolencias y parásitos que pueden atacar a las boas es muy amplio, y detallar todo en un artículo sería impensable, por lo que nombraré algunas enfermedades y algunos parásitos, enfatizando la importancia de una buena revisión veterinaria en caso necesario.

Disécdesis o retención de muda: puede ser debido a varios factores, pero quizás el más común sea la deshidratación o falta de humedad ambiental. También puede ser causada por ausencia de una piedra o sustrato adecuado donde la boa pueda frotarse para eliminar la muda, una alimentación indebida, o falta de vitamina C o antiescorbútica. Su pronóstico es favorable, y la mayoría de las veces se soluciona simplemente aumentando la humedad ambiental.

Estomatitis: infección gástrica, puede ser debida a una infección bacteriana o vírica. Su pronóstico es grave, y la visita al veterinario es obligada. Los síntomas típicos son regurgitación, adelgazamiento, vómito de sangre.

Neumonía: sus síntomas típicos son dificultad en la respiración, a veces aparición de espuma por la boca. Su pronóstico es variable, en función del éxito del tratamiento, y por supuesto, su diagnosis a tiempo.

Parásitos: se dividen en externos e internos. Los externos suelen ser ácaros, pulgas y garrapatas, mientras que los internos se suelen localizar en
el aparato digestivo; existen miles de parásitos internos, aunque en boas son
frecuentes cestodos (tenias) y áscaris como ophidascaris (vermes
blanquecinos).

Muchas veces estos parásitos son liberados con las heces, por lo que es
recomendable su análisis, sobre todo cuando se ha adquirido recientemente
un reptil, ó cuando se detecta una anomalía en la etología del reptil.

Legislación:

La especie boa arcoiris (Epicrates cenchria) se encuentra incluida en el Apéndice II del CITES (Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora). Esto significa que dicha especie no esta necesariamente amenazada de extinción, pero que podría llegar a estarlo a menos que se controle estrictamente su comercio. Su venta debe ir acompañada de la documentación adecuada: si se trata de ejemplares importados, deben ir acompaños de su número de identificación CITES, mientras que los ejemplares nacidos en cautividad en la Unión Europea deben estar inscritos en el SOIVRE, y presentar junto a esta documentación los datos del criador, incluidos en el documento de cesión.

Notas finales:




La boa arcoiris (Epicrates cenchria), es un reptil fascinante, recomendado para aquellos aficionados a la herpetología que ya tengan cierta experiencia y deseen mantener una boa de talla mediana, elegante y de vivos colores.

Desde hace años, Epicrates cenchria es una de las especies más preciadas, y se espera una buena demanda en tiempos venideros, así como un aumento en el número de fases de color de esta. Actualmente existen distintas fases, como la roja, naranja y amelanístico, aunque son raras de encontrar, sobre todo esta última.

3 mar 2014

TORTUGAS CRYPTODIRAS

TORTUGA VERDE ( CHELONIA MYDAS)

LONGITUD: 80 – 150 CM.

ESTADO: EN PELIGRO.

DIETA: HERBÍVORA.

UBICACIÓN: AGUAS TROPICALES, SUBTROPICALES Y TEMPLADAS EN TODO EL MUNDO.

EXISTEN DOS SUBESPECIES, BASTANTE DIFERENCIADAS: LA TORTUGA VERDE DEL PACÍFICO SUELE SER MÁS PEQUEÑA QUE LA DEL ATLÁNTICO, CUYO CAPARAZÓN PUEDE SER COMPLETAMENTE NEGRO. SE LAS DENOMINA TORTUGAS VERDES POR EL COLOR DE SU CARNE.

COMPORTAMIENTO Y REPRODUCCIÓN: EL MACHO COMPITE POR LA HEMBRA.
INCLUSO PUEDE MORDER A SU RIVAL MIENTRAS ESTÁ COPULANDO, PARA QUEDARSE CON SU PAREJA. EL APAREAMIENTO ES EL ÚNICO MOMENTO EN QUE SE PRODUCEN VOCALIZACIONES. OCURRE BAJO EL AGUA O EN LA SUPERFICIE, A ALREDEDOR DE UN KILÓMETRO DE DISTANCIA DE LA ORILLA.

DIFÍCIL SUPERVIVENCIA: LA HEMBRA PONE UN ALTO NÚMERO DE HUEVOS DEBIDO A QUE MUCHOS NO PROSPERARÁN. AUNQUE LA MADRE LOS CUBRE CON ARENA PARA PROTEGERLO, ES HABITUAL QUE ZORROS, COYOTES, RATAS Y OTROS ANIMALES ( INCLUSO HUMANOS) ENCUENTREN EL POZO Y SE LOS COMAN.

ATRAVESAR LA PLAYA: PARA PROCREAR RECORRE LARGAS DISTANCIAS BUSCANDO ZONAS AISLADAS CON MUCHA ARENA, Y AVANZA PLAYA ADENTRO AL ANOCHECER.

NACER EN LA ARENA: LA HEMBRA DEPOSITA ENTRE 100 Y 200 HUEVOS EN UN POZO QUE CAVA POR HORAS.

UNA GRAN NADADORA: CON CAPARAZÓN PULIDO Y ALETAS PODEROSAS, LA TORTUGA VERDE SE DESPLAZA ÁGILMENTE EN EL AGUA. PUEDE VIAJAR CONTINUAMENTE DURANTE VARÍAS SEMANAS, BATIENDO SUS ALETAS FUERTES Y APLANADAS. LA HEMBRA ATRAVIESA LARGAS DISTANCIAS Y RETORNA AL MISMO LUGAR DE PUESTA EN CADA ESTACIÓN. NO SE SABE CON CERTEZA CÓMO CONSIGUE ORIENTARSE; LA PRINCIPAL HIPÓTESIS ES QUE EL MECANISMO SE RELACIONA CON EL CAMPO MAGNÉTICO TERRESTRE.

HÁBITAT: LA TORTUGA VERDE PREFIERE LAS AGUAS CÁLIDAS, DONDE HALLA LAS RAÍCES DE MANGLE Y LAS HOJAS DE LAS QUE SE ALIMENTAN LOS ADULTOS. LOS JÓVENES SON SEMICARNÍVOROS, INCLUYENDO MOLUSCOS, MEDUSAS Y ESPONJAS EN SU DIETA.

CAPARAZÓN: LA FORMA DEL CAPARAZÓN SE RELACIONA CON SU VIDA ACUÁTICA: HIDRODINÁMICO, OVAL Y BAJO, PERMITIENDO UN FÁCIL DESPLAZAMIENTO ( AL OPONER MENOR RESISTENCIA DURANTE EL NADO). LAS PLACAS QUE LO CONFORMAN SON LISAS, SIN SOBREPOSICIÓN. EN LOS ADULTOS, EL CAPARAZÓN ES VERDOSO A NEGRO O MARRÓN.
POSEE UNA UÑA EN CADA ALETA, 3 PLACAS INGUINALES, 5 PLACAS VERTEBRALES, 4 PLACAS COSTALES, 4 PLACAS INFRAMARGINALES, Y POR ÚLTIMO, LA PLACA ANAL.

RESPIRACIÓN: HACE USO EFICIENTE DEL OXÍGENO: PUEDE ACUMULARLO EN LA SANGRE Y LOS MÚSCULOS, Y TOLERA MÁS CANTIDAD DE DIÓXIDO DE CARBONO EN SANGRE QUE OTROS ANIMALES.

CICLO VITAL: ALREDEDOR DE 7 SEMANAS DESPUÉS DE NACER, LAS CRÍAS NADAN MAR ADENTRO. PASAN ALLÍ DE 5 A 10 AÑOS. CUANDO ALCANZAN LA MADUREZ SE ACERCAN A AGUAS COSTERAS, DONDE TIENE LUGAR EL APAREAMIENTO. LA HEMBRA MIGRA PARA DEPOSITAR SUS HUEVOS, SIEMPRE EN LA MISMA PLAYA.

1 – CRÍAS AL MAR: A LAS 7 SEMANAS, ATRAVIESAN LA PLAYA.

2 – MAR ADENTRO: LAS CRÍAS AVANZAN EN EL OCÉANO.

3 – LEJOS DE LA COSTA: LAS TORTUGAS JÓVENES PASAN DE 5 A 10 AÑOS MAR ADENTRO, ALIMENTÁNDOSE DE PLANCTON.

4 – VIAJE DE VUELTA: ALREDEDOR DE LOS 10 AÑOS, ABANDONAN LAS PROFUNDIDADES.

5 – HACIA LA COSTA: CERCA DE LA PLAYA SE MANTENDRÁN EL RESTO DE SUS VIDAS.

6 – MIGRACIÓN: REALIZAN LARGOS VIAJES EN EL PERÍODO REPRODUCTIVO.

7 – CÓPULA: TIENE LUGAR CERCA DE LAS PLAYAS DE CRÍA.

8 – PUESTA: LAS HEMBRAS DEPOSITAN LOS HUEVOS EN LA PLAYA.

9 – RETORNO: TRAS LA ÉPOCA REPRODUCTIVA, VUELVEN A LA ZONA HABITUAL.


TORTUGA VERDE Y OTRAS CARACTERÍSTICAS:

ALETAS: EXTREMIDADES CONVERTIDAS EN ALETAS CON FORMA DE REMO, FUNCIONALES AL NADO.

COLOR DE PIEL: SUELE SER MARRÓN O GRIS NEGRUZCO.

GARRA CURVA: EL MACHO LA USA PARA SUJETAR A LA HEMBRA EN EL APAREAMIENTO.

24 KILÓMETROS: VELOCIDAD MÁXIMA QUE PUEDE ALCANZAR NADANDO LA TORTUGA VERDE.

CABEZA PEQUEÑA: ES CHICA EN RELACIÓN CON EL TAMAÑO CORPORAL. NO PUEDE OCULTARSE DENTRO DEL CAPARAZÓN.

ROSTRO DISTINTIVO: CON UN SOLO PAR DE ESCAMAS FRONTALES EN EL DORSO DE LA CARA Y MANDÍBULA INFERIOR DENTADA.

ESTILO DE NADO: CON LAS ALETAS REALIZA UN BRACEO A MODO DE VUELO. PASA LA MAYOR PARTE DE SU TIEMPO SUMERGIDA.

5 HORAS: TIEMPO QUE PUEDE SOPORTAR SUMERGIDA SIN RENOVAR EL OXÍGENO.






TORTUGA GOLFINA ( LEPIDOCHELYS KEMPII)

LONGITUD: 60 – 70 CM.

ESTADO: EN PELIGRO CRÍTICO.

UBICACIÓN: AGUAS DEL ATLÁNTICO EN LOS ESTADOS UNIDOS Y MÉXICO.

ES LA MÁS PEQUEÑA DE LAS TORTUGAS MARINAS Y QUIZÁ LA MÁS AMENAZADA DE EXTINCIÓN.
AUNQUE SE MUEVEN POR AGUAS DEL ATLÁNTICO, ENTRE EL GOLFO DE MÉXICO Y LA COSTA OCCIDENTAL DE LOS ESTADOS UNIDOS, CASI TODAS LAS HEMBRAS DE LA ESPECIE ANIDAN EN UNA PEQUEÑA FRANJA DE 22 KILÓMETROS SOBRE LA PLAYA RANCHO NUEVO, EN EL ESTADO MEXICANO DE TAMAULIPAS.
LA PRINCIPAL AMENAZA PARA ESTAS TORTUGAS SON LAS REDES PARA PESCAR CAMARONES ( QUEDAN ENGANCHADAS EN ELLAS), LA CONTAMINACIÓN Y LA PÉRDIDA DEL HÁBITAT.




TORTUGA OLIVÁCEA O LORA ( LEPIDOCHELYS OLIVACEA)

LONGITUD: 65 – 75 CM.

ESTADO: VULNERABLE.

UBICACIÓN: AGUAS TROPICALES Y SUBTROPICALES DEL ATLÁNTICO, PACÍFICO E ÍNDICO.

ES UNA ESPECIE MIGRATORIA QUE APARECE EN LAS COSTAS DE 80 PAÍSES. DE CAPARAZÓN REDONDEADO, COLOR VERDE OLIVA O CAFÉ VERDOSO, SE ALIMENTA DE CANGREJOS, CAMARONES, ALGAS, CARACOLES, PECES Y PEQUEÑOS INVERTEBRADOS.
PARA EL DESOVE MILES DE EJEMPLARES SE CONGREGAN EN LAS PLAYAS DURANTE LA NOCHE: LO HACEN EN UNA A TRES OCASIONES POR TEMPORADA Y CADA HEMBRA DEPOSITA UNOS 100 HUEVOS POR VEZ. EL PERÍODO DE INCUBACIÓN DURA CERCA DE 54 DÍAS.
AUNQUE ES LA MÁS ABUNDANTE DE LAS TORTUGAS MARINAS, LA MATANZA DE ADULTOS Y EL SAQUEO DE HUEVOS HAN PRODUCIDO EL COLAPSO DE MUCHAS POBLACIONES.

CAPARAZÓN: ES REDONDEADO Y TIENE FORMA DE CORAZÓN. LA CABEZA ES TRIANGULAR.



TORTUGA CAREY ( ERETMOCHELYS IMBRICATA)

LONGITUD: 60-100 CM.

ESTADO: EN PELIGRO CRÍTICO.

UBICACIÓN: AGUAS TROPICALES DE LOS OCÉANOS ÍNDICO, PACÍFICO Y ATLÁNTICO.

HABITA CERCA DE LOS ARRECIFES DE CORAL Y EN FORMACIONES ROCOSAS EN ÁREAS COSTERAS LLANAS, POR LO GENERAL NUNCA DEBAJO DE LOS 18 METROS DE PROFUNDIDAD. SU ALIMENTO PRINCIPAL SON LAS ESPONJAS DE MAR, INCLUYENDO ALGUNAS QUE CONTIENEN ÓXIDO DE SILICIO Y QUE SON TÓXICAS PARA OTROS ORGANISMOS MARINOS.
ES FAMOSA POR LA BELLEZA DE SU CAPARAZÓN, FORMADO POR ESCUDOS TRANSLÚCIDOS QUE VARÍAN ENTRE EL AMARILLO, EL ÁMBAR, EL ROJO, EL MARRÓN Y EL NEGRO, Y QUE HA SIDO EXPLOTADO DESDE TIEMPOS REMOTOS PARA LA FABRICACIÓN DE ADORNOS, JOYAS Y ARMAZONES DE ANTEOJOS.
ESTÁ AMENAZADA DEBIDO A LA CAZA Y LA RECOLECCIÓN DE HUEVOS CON FINES GASTRONÓMICOS, LAS REDES DE PESCA, LA CONTAMINACIÓN DE LAS PLAYAS Y LA DESTRUCCIÓN DE SU HÁBITAT MARINO.

PICO: ES CURVO Y PUNTIAGUDO. SU MANDÍBULA SUPERIOR ES PROMINENTE.



TORTUGA BOBA O CAGUAMA ( CARETTA CARETTA)

LONGITUD: 80 CM- 1 METRO.

ESTADO: AMENAZADA.

UBICACIÓN: AGUAS TROPICALES Y SUBTROPICALES DEL ATLÁNTICO, PACÍFICO E ÍNDICO, MARES MEDITERRÁNEO Y CARIBE.

ES UNA ESPECIE SOLITARIA QUE EMPRENDE LARGOS VIAJES MIGRATORIOS, IMPULSADA GRACIAS A SUS ALETAS DE DOS GARRAS ESPECIALIZADAS PARA NADAR GRANDES DISTANCIAS.
SU CAPARAZÓN SUELE MEDIR EN PROMEDIO CERCA DE UN METRO, PERO SE HAN ENCONTRADO EJEMPLARES MÁS GRANDES, DE CASI DOS METROS DE LARGO Y 400 KG DE PESO. ES DE COLOR PARDO ROJIZO Y BLANQUECINO EN LA REGIÓN VENTRAL. LAS CRÍAS SON DE COLOR MARRÓN OSCURO. CARNÍVORA EN ESENCIA, SE ALIMENTA DE MOLUSCOS, CRUSTÁCEOS Y OTROS INVERTEBRADOS ( OCASIONALMENTE TAMBIÉN DE PECES). EN MAR ABIERTO SUELE NADAR CERCA DE LA SUPERFICIE, PERO CERCA DE LAS COSTAS SE MANTIENE EN EL FONDO.
AL IGUAL QUE MUCHOS OTROS QUELONIOS MARINOS, LAS HEMBRAS RETORNAN A DESOVAR EN LA MISMA PLAYA EN LA QUE NACIERON, O MUY CERCA DE ELLA. CADA HEMBRA DEPOSITA ENTRE 35 Y 180 HUEVOS, QUE ECLOSIONAN LUEGO DE 42 A 72 DÍAS. EL CORTEJO Y APAREAMIENTO SE PRODUCEN EN LAS ZONAS DE ALIMENTACIÓN.
ESTÁ AMENAZADA POR LA PÉRDIDA DEL HÁBITAT ( SOBRE TODO DE LAS PLAYAS PARA EL DESOVE), LA CAZA DE ADULTOS Y RECOLECCIÓN DE SUS HUEVOS, LAS PRÁCTICAS PESQUERAS Y LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL.
SE HA DOCUMENTADO, POR EJEMPLO, QUE MUCHAS DE ELLAS MUEREN POR ASFIXIA CON BOLSAS DE NYLON.

EDAD: ES INDICADA POR LA LONGITUD CURVA DE SU CAPARAZÓN.


DIETA: SE ALIMENTA DE MOLUSCOS, CRUSTÁCEOS Y PEQUEÑOS PECES.