Las lampreas
actuales se sitúan en su propio grupo, Petromyzontidae, el cual
agrupa unas 30 ó 40 especies. Estos organismos tienen forma de
anguila y pueden alcanzar hasta un metro de longitud, aunque suelen
medir unos 30 cm. La piel es gruesa y resbaladiza y carecen de
escamas. Como sus parientes fósiles las lampreas no tienen
mandíbulas y carecen completamente de hueso.
En la cabeza poseen
dos ojos bien desarrollados, un orificio nasal, así como siete
orificios branquiales a cada lado del cuerpo. Presentan aleta mediana
impar pero no aletas ni extremidades pareS
El esqueleto se
encuentra constituido por la notocorda y varios conjuntos de
cartílago. La notocorda es el principal soporte del cuerpo y
persiste durante toda la vida del animal y no es remplazado por
vertebras aunque hay unas vertebras rudimentarias a sus lados y a los
lados del cordón espinal.
Se trata de
organismos los cuales pueden ser parásitos. Su boca es circular y en
forma de ventosa, para fijarse a las presas de las que se alimenta.
Posee varios círculos concéntricos de dientes córneos, además de
una lengua también córnea usada para raspar los tejidos. Estas
características les permiten alimentarse de animales tan diversos
como los tiburones, salmones, bacalaos y mamíferos marinos.
Algunas especies son
marinas, pero todos ponen los huevos en agua dulce, se trata por
tanto de un pez anádromo. Las formas marinas a menudo migran grandes
distancias para alcanzar los lugares de freza. Durante la puesta, los
huevos fecundados se depositan en un nido preparado entre la grava
suelta. De cada huevo nace una larva ammocete.
Fase larvaria
La larva de la
lamprea recibe el nombre de larva ammocete. Esta presenta un tamaño
de entre 10 y 20 cm. Tienen algunos de los rasgos morfológicos de
los adultos: los siete pares de orificios branquiales y las aletas
dorsales y caudal, por ejemplo. Sin embargo, carecen de ojos y del
disco bucal característico del adulto, alimentándose de algas
unicelulares y materia orgánica mediante filtración. Generalmente
habitan zonas de aguas quietas o de muy baja velocidad, con fondos de
sustratos blandos.
Tras el periodo
larvario, el cual puede durar entre tres y siete años sufren una
rápida metamorfosis que tiene lugar en fondos de materiales gruesos.
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